Eustaquio
El velero se adentraba en el Salar de Uyuni, donde una isla es pescado…(aunque esto, todo sea dicho, no tiene mucho que ver con el cuento). Por la escalera, ni se bajaba, ni se subía. Mientras, ella, Luisita, se bañaba en cubos magmáticos de hielo caliente. A él, Eustaquio, le gustaba mirar su fellini-ano culo, aunque por ello le hacía pagar -incluyendo ver sus enormes tetas- 500 de las antiguas ptas. Luisita -que se hacía llamar así para “disimular” sus enormidades- regentaba un antrillo llamado “El Pienso”, a modo de “Bus Station”, donde recalaban autobuses de línea, barcos de cabotaje, viajantes de adobes (con gabardina, o no…), y otros especimenes dignos de figurar en carrilanolandia. Eustaquio, había sido durante mucho tiempo vendedor de patatas fritas en los Monegros, pero ahora, con el cambio climático, la cosa iba de baja así que decidió cambiar de faena y envió una instancia para ser conductor de barco de la línea Oruro – Chalamera. No tenía muchas esperanzas de que le dieran el empleo, pero se equivocó. Incluso llegó a ser del sindicato de transportes en la que su actuación, a menudo, fue bastante curiosa: en una reunión con los empresarios, al abogado de estos le confesó que era practicante del esoterismo:
- Yo practico viajes astrales, Ud. No ha viajado nunca así?
- Sí. Y tanto. Muchas veces. Cuando voy solo en el coche me desdoblo, me veo sentado atrás y observo como conduzco.
- Oiga. Si se desdobla, es que estaba doblado...?
- Yo practico la ouija… apuntó Eustaquio- Eso es muy peligroso…
- Una vez estábamos 14 personas y el vaso se movía como un poseso. Le metí una caja de herramientas que pesaba 90 kg. encima, y se acabó la historia…
- Ah! Y yo escucho el silencio…
- Y eso, como se hace? Callando!
En aquel momento, apareció Joyce en la escalera y dijo: esto no es lo que parece, mirando a Pipo que estaba jugando con la psp, y que antes había entrado en E-bay para encargar una pizza de subasta, y que pagó con Pay-pal. Entretanto, Luisita y Pipo no paraban de follar...
- Vaya mierda! Masculló Eustaquio, mientras se dirigía al velero. Eres fiemo, sois un femero!!!
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